"Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él." Prov. 22: 6
Tratar con las mente juveniles es la obra más hermosa que se hayan empeñado jamás hombres y mujeres. Debe ejercerse mayor cuidado en la educación de los jóvenes, a fin de variar la manera de instruirlos, con el propósito de despertar las facultades más elevadas y nobles de la mente. Los padres y los maestros no están ciertamente preparados para educar debidamente a los niños si no han aprendido primero la lección del dominio propio, la paciencia, la tolerancia, la bondad y el amor. ¡Qué puesto importante es de los padres, tutores y maestros! Son muy pocos los que comprenden las necesidades más esenciales de la mente, y cómo se ha de dirigir el intelecto que se desarrolla, los pensamientos y sentimientos en constante crecimiento de los jóvenes. . .
La primera educación de los jóvenes amolda su carácter, tanto en su vida secular como en la religiosa. Salomón dice:"Instruya al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él" (Prov. 22: 6). "Este lenguaje es positivo. La preparación que Salomón recomienda consiste en dirigir, educar y desarrollar. Para hacer esta obra, los padres y los maestros deben comprender ellos mismos el "camino" por el cual debe andar el niño. Esto abarca más que tener simplemente un conocimiento de los libros. Abarca todo lo que es bueno, virtuoso, justo y santo. Abarca la práctica de la templanza, la piedad, la bondad fraternal y el amor mutuo y hacia Dios. A fin de alcanzar este objeto, debe recibir atención la educación física, mental, moral y religiosa de los niños. . .Debe enseñárseles a los niños a respetar el juicio experimentado y a ser guiados por sus padres y maestros. Se los debe educar de tal manera que sus mente estén unidas con las de sus padres y maestros, y se los ha de instruir para que comprendan lo conveniente que es escuchar sus consejos. Entonces, cuando se aparten de la mano guiadora de sus padres y maestros, su carácter no será como el junco que tiembla al viento.- Joyas de los testimonios , t. 1, págs. 314-316.
"Hay que dejar a los niños pequeños libres como corderitos para que corran afuera, libres y felices, de modo que tengan las oportunidades más favorables para establecer el fundamento de una constitución física sana y fuerte. . ."
"En su hogar, la madre debiera promover menos su amor por lo artificial. . . y dedicar tiempo a cultivar, tanto en ella como en sus hijos, el amor por los bellos botones y flores que se abren. . . Puede guiar sus mentes, orientándolas hacia su Creador, y despertar en sus coranzoncitos el amor por las obras de Dios. Los padres pueden asociar a Dios con todas sus obras creadas. . . Estas lecciones, impresas en las mentes de los niños pequeños entre las escenas placenteras y atractivas de la naturaleza, no se olvidarán muy pronto.- Testimonies , t. 3, pág. 127. "
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jueves, 27 de octubre de 2011
Porque tuve hambre y me diste de comer...
"Porque tuve hambre, y me disteis de comer, tuve sed, y me disteis de beber, fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí." Mat. 25: 35-36.
Aunque el mundo necesita simpatía, aunque necesita las oraciones y la ayuda del pueblo de Dios, aunque necesita ver a Cristo en la vida de los que le siguen, los hijos de Dios necesitan igualmente oportunidades que atraigan sus simpatías, hagan eficaces sus oraciones y desarrollen en ellos un carácter semejante al Modelo divino.
Para proporcionar estas oportunidades, Dios colocó entre nosotros a los pobres, los infortunados, los enfermos y los dolientes. Son el legado de Cristo a su iglesia, y han de ser cuidados como él los cuidaría. De esta manera, Dios elimina la escoria y purifica el oro, dándonos la cultura del corazón y del carácter que necesitamos.
El Señor podría llevar a cabo su obra sin nuestra cooperación. No depende de nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestro trabajo. Pero la iglesia es muy preciosa a su vista. Es el estuche que contiene sus joyas, el aprisco que encierra su rebaño, y anhela verla sin mancha, tacha ni cosa semejante. Siente por ella anhelos de amor indecible. Esta es la razón por la cual nos ha dado oportunidades de trabajar para él, y acepta nuestras labores como prueba de nuestro amor y lealtad.
Al poner entre nosotros los pobres y los dolientes, el Señor nos prueba para revelarnos lo que hay en nuestros corazones. La cultura de la mente y el corazón se lleva a cabo con más facilidad cuando experimentamos una tierna simpatía por los demás, la que nos impulsa a ofrecerles nuestros recursos y privilegios para aliviar sus necesidades...
Las buenas obras nos cuestan un sacrificio, pero es en este mismo sacrificio que proveen disciplina. Estas obligaciones nos producen conflicto con sentimientos y propensiones naturales, y al cumplirlas ganamos victoria tras victoria sobre los rasgos objetables de nuestros caracteres.
El mundo se convencerá no tanto por lo que el púlpito enseña como por lo que la iglesia vive. El predicador anuncia la teoría del Evangelio, pero la piedad práctica de la iglesia demuestra su poder.
Para proporcionar estas oportunidades, Dios colocó entre nosotros a los pobres, los infortunados, los enfermos y los dolientes. Son el legado de Cristo a su iglesia, y han de ser cuidados como él los cuidaría. De esta manera, Dios elimina la escoria y purifica el oro, dándonos la cultura del corazón y del carácter que necesitamos.
El Señor podría llevar a cabo su obra sin nuestra cooperación. No depende de nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestro trabajo. Pero la iglesia es muy preciosa a su vista. Es el estuche que contiene sus joyas, el aprisco que encierra su rebaño, y anhela verla sin mancha, tacha ni cosa semejante. Siente por ella anhelos de amor indecible. Esta es la razón por la cual nos ha dado oportunidades de trabajar para él, y acepta nuestras labores como prueba de nuestro amor y lealtad.
Al poner entre nosotros los pobres y los dolientes, el Señor nos prueba para revelarnos lo que hay en nuestros corazones. La cultura de la mente y el corazón se lleva a cabo con más facilidad cuando experimentamos una tierna simpatía por los demás, la que nos impulsa a ofrecerles nuestros recursos y privilegios para aliviar sus necesidades...
Las buenas obras nos cuestan un sacrificio, pero es en este mismo sacrificio que proveen disciplina. Estas obligaciones nos producen conflicto con sentimientos y propensiones naturales, y al cumplirlas ganamos victoria tras victoria sobre los rasgos objetables de nuestros caracteres.
El mundo se convencerá no tanto por lo que el púlpito enseña como por lo que la iglesia vive. El predicador anuncia la teoría del Evangelio, pero la piedad práctica de la iglesia demuestra su poder.
lunes, 24 de octubre de 2011
Enoc el dormilon
Enoc y Dios eran amigos, andaban, caminaban, jugaban y dormían juntos, Enoc era muy dormilón y Dios siempre tenia que despertarlo con codazos mientras le decía “¡Despierta Enoc! ya es muy tarde”, entonces ambos saltaban de la cama, se cepillaban los dientes y después de tomar el desayuno salían, corrían juntos, nadaban en la laguna, buscaban frutas, charlaban, descansaban debajo de los árboles y cuando el sol empezaba a ocultarse Enoc le decía : Dios ya esta tarde, volvamos para casa. Y los 2 volvían y dormían juntos para recomenzar todo al día siguiente.
Pero un día Dios despertó a Enoc y le dijo: mira como brilla el sol parece que hoy será un día diferente. Ese día anduvieron y anduvieron tanto que cuando llego la tarde Enoc le dijo: Señor ya es tarde vamos para casa. Y Dios le dijo a Enoc: Hoy andamos tanto que mi CASA esta más cerca que la tuya, ¿Qué te parece si vamos para la mía? Y ese día Enoc desapareció, porque Dios se lo llevo.
¿Que tal, vivir la vida como Enoc? Haz de Jesús tu compañero diario. Trabaja, anda, estudia, vive. ¡Vive con EL! El es todo en la vida del cristiano.
Edición: Georgina Leites.
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